La cooperativización de servicios esenciales como el suministro de agua o servicios básicos está tomando fuerza en los últimos años. Todo es fruto de la combinación de los mismos elementos que hace más de 150 años dieron lugar al nacimiento de lo que se conoce como la primera cooperativa, La Rochdale, en Manchester.
Ciertamente, la volunad de facilitar un servicio básico como es el suministro de agua a las familias, a unos precios ajustados, velando por la máxima calidad del servicio y con las virtudes de un servicio de proximidad, son las claves del éxito del modelo de la Comunidad Minera Olesana (CMO).
Es obvio que la cobertura de un servicio tan esencial como es el suministro de agua a través de grandes corporaciones y multinacionales ha dejado muchas lagunas. Precios del agua poco ajustados y con bajos volúmenes de inversión dicen poco a favor de la convivencia de estructuras jurídicas capitalistas en la cobertura de un servicio tan esencial y básico para las familias como el acceso al agua corriente.
Desde este punto de vista, es un orgullo ver que el servicio de agua de Olesa, gestionado por la cooperativa del grup Clade, suministra el agua a un precio casi el 60% inferior en relación a la media de Catalunya y con un elevadísimo volumen de inversiones que sitúa a este municipio entre los más eficientes por pérdidas de agua.
Visualizar el mundo desde una perspectiva de balance social es una alternativa que debería tomar inercia, por lo menos en aquellos servicios que se deben considerar esenciales. Desde este punto de vista, el balance social de la CMO es extraordinariamente positivo si tenemos en cuenta que el precio del agua que suministra es casi un 60% inferior al que deben asumir la media de familias catalanas.
Eso quiere decir que si la CMO aplicara precios similares a la media, las familias de Olesa tendrían un sobrecoste cercano al millón de euros. Un dinero que las familias de Olesa se ahorran gracias a las virtudes del modelo de organización que es contemporáneo a la que que la primera cooperativa de consumidores.
Desde el Grup Clade nos anima trabajar para hacer buenas las virtudes del mundo cooperativo, de las empresas de la economía social y en favor de proyectos que favorecen a las familias por delante de los intereses económicos de las grandes corporaciones empresariales. Y es por eso que estamos decididos a dar apoyo al modelo de cubrir un servicio básico a partir de las bases del cooperativismo, porque nos gustaría y creemos que es clave que muchas poblaciones de Catalunya tengan un servicio de las mismas características.




